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Por Xiomara Borges
Escribir claro, sencillo, directo, concreto y conciso es fácil si tienes claro en tu cabeza las ideas que quieres transmitir. Es lo qué quiero decir.
¿Por qué es importante esto? Porque cuando el mensaje es claro, no da lugar a la duda a los malos entendidos.
Los malos entendidos trae el sobreentendido y de allí la interpretación, que a veces, o en la mayoría de los casos, trae problemas.
Por eso, en todo mensaje, escrito o verbal, el mensaje debe transmitirse muy claro, sin datos omitidos.
En cuanto a lo concreto no es más que emplear el menor número de palabras, para decir muchas cosas. Esta es la síntesis. Manejar hechos y datos exactos. En otras palabras separar la paja del heno.
La sencillez del mensaje no es más que usar palabras de fácil comprensión. En cuanto a la totalidad, es no dejar en nuestro receptor la sensación de que las ideas están incompletas. Hay que darle un buen cierre a nuestros escritos.
Además de redactar en positivo, es importante que tengamos en cuenta que al escribir es preferible usar las cláusulas breves. Es decir, oración completa, punto y seguido o aparte, según sea el caso.
La cláusula corta como recurso de la redacción hace más comprensible el mensaje.
Así pues que orden, sencillez y claridad … esa es la clave de una buena redacción.
Por Xiomara Borges
Algunos autores aseguran que el tono de la voz es el verdadero poder de las palabras.
Por eso, cuando decimos algo enviamos dos mensajes: uno con la palabra y el otro que contiene la intención que se refleja en el tono en que se dicen las cosas.
Esto muy bien se refleja en la frase: “no fue lo que dijo sino cómo lo dijo”.
El tono de la voz, es decir la variación en la elevación de la voz, es en parte la emoción del mensaje que transmitimos.
Está claro que cuando tenemos un enfrentamiento verbal sale, con toda fuerza, la rabia. En estas situaciones el tono de voz es alta, y digamos que hasta más “oscura” del tono normal.
Es que los componentes del cómo se dice las cosas, entre otros, son: la emoción, el pensamiento, el sentimiento…
Así pues que si el qué se dice es importante el cómo se dice es aún más.
El Síndrome Cardíaco X, es una enfermedad que es más común en las mujeres en la etapa de postmenopausia.
Se manifiesta igual a un infarto, es decir dolor en el centro del pecho, pero puede extenderse al brazo izquierdo, al cuello, a la espalda, a la garganta o a la mandíbula. Es posible sufrir entumecimiento o pérdida de sensibilidad en los brazos, hombros o muñecas.
Esta enfermedad se define como la presencia del dolor de la angina de pecho en pacientes sin presentar la enfermedad arterial coronaria (EAC).
Por consiguiente, aunque los pacientes con Síndrome Cardíaco X tienen síntomas de EAC, las arterias coronarias no presentan obstrucciones.
Esta enfermedad, poco conocida, no es peligrosa, y no aumenta el riesgo de ataque al corazón.
¿Cuál es la causa del Síndrome Cardíaco X?
Existen muchas teorías. Algunos médicos creen que está relacionado con la manera en que los pacientes sienten dolor, mientras que otros piensan que podría estar relacionado con niveles bajos de estrógeno, una hormona femenina.
Nuevos estudios han demostrado que el Síndrome Cardíaco X es causado muy probablemente por un tipo de angina denominada angina microvascular.
En la angina microvascular, los pequeños vasos sanguíneos del corazón (los capilares) se contraen o comprimen. Al contraerse se reduce el flujo de sangre en el corazón y se produce el dolor de la angina de pecho. Pero como estos capilares son muy pequeños, su contracción no aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco. También son demasiado pequeños como para detectarlos con los estudios convencionales que los médicos normalmente emplearían para ver vasos sanguíneos más grandes.
¿Cómo se diagnostica el Síndrome Cardíaco X?
Generalmente se diagnostica utilizando muchos de los estudios que se emplean para diagnosticar la enfermedad arterial coronaria (EAC). Estos estudios permiten al médico determinar si el paciente sufre de Síndrome Cardíaco X o EAC.
Entre ellos: el electrocardiograma basal, que registra la actividad eléctrica del corazón en reposo, y un electrocardiograma de esfuerzo, también denominado prueba de esfuerzo, que indica cómo responde el corazón a un nivel de ejercicio cada vez más intenso.
Otros de los estudios son: Una prueba de esfuerzo, una ecocardiografía, que es un estudio que emplea ondas sonoras para producir una imagen del corazón que permite ver cómo funciona. Una angiografía coronaria, que implica un estudio para producir una radiografía animada de la actividad del corazón y el flujo de sangre.
En pacientes con enfermedad arterial coronaria, la angiografía coronaria típicamente muestra una arteria obstruida que reduce el flujo de sangre al corazón. Pero en pacientes con Síndrome Cardíaco X, los resultados son completamente normales.
Según la International Dyslexia Association, la dislexia es una dificultad específica de aprendizaje cuyo origen es neurobiológico.
Se manifiesta en el aprendizaje de la lecto-escritura, presentando dificultades en el proceso lector, como también en la escritura y en la ortografía y, en general, con todo lo que tenga que ver con la decodificación de las letras y los números.
La mayoría de los estudios coinciden en que la dislexia se transmite de forma genética, y por ello, resulta muy frecuente encontrar en una familia a más de una persona con dislexia.
Esta dificultad de aprendizaje es independiente de cualquier causa intelectual, cultural y emocional, y se da a pesar de una inteligencia normal o por encima de la media.
Algunas de sus características son:
omisiones de letras o silabas (olvidar leer una letra o sílaba)
sustituciones (leer una letra por otra)
inversiones (cambiar el orden de las letras o silabas)
adicciones (añadir letras o silabas)
unión y fragmentación de palabras (unir y separar palabras de forma inadecuada)
rectificaciones, vacilaciones y saltos de línea durante la lectura.
De esta forma, también la comprensión de lo que leen es mala. Es el trastorno específico del aprendizaje más frecuente en los escolares. Muchas veces es causa de fracaso escolar y repercute en el desarrollo emocional del niño y de toda la familia.
La dislexia se asocia a otros trastornos como el déficit de atención e hiperactividad y perdura a lo largo de la vida.
El primer paso para ayudar a un disléxico en la infancia será que todas las personas involucradas en el aprendizaje sepan el diagnóstico: padres, profesores y la propia niña o niño.
Genios disléxicos
Estudios del cerebro de personas con dislexia establecen que aunque la parte izquierda del hemisferio tiene una actividad notablemente más reducida que en una persona sin dislexia, sí resulta relevante resaltar que la parte derecha, en la que tiene lugar el desarrollo de la creatividad y la imaginación, sí tiene una actividad mayor, por lo que todas las personas con dislexia, tienen unas habilidades fuera de lo común en el campo de la creatividad y en lo técnico.
En este sentido se dice que los más famosos disléxicos fueron Albert Einstein, Leonardo Da Vinchi, Thomas Edison, Pablo Picasso, Walt Disney, entre otros.
Por Xiomara Borges
Cuando vamos a una entrevista de trabajo, debemos estar atentos a lo que comunicamos tanto con el lenguaje gestual, visual y la imagen que proyectamos con nuestra vestimenta, atuendos, maquillaje, zapatos y carteras.
No es que sean de lujo. Para nada. Pero sí que estén en buen estado y sobre todo que nos sintamos cómodos con nosotros mismos, con lo que llevamos puesto.
En todo momento debemos comunicar que somos profesionales, eficientes, que tenemos credibilidad, conocimientos y experiencia para el cargo al cual vamos a optar.
Ya en la entrevista, debemos estar atentos a las preguntas que nos hacen y procurar decir la verdad: no mentir en las respuestas, por aquello de que «nuestros ojos hablan antes que nuestra boca». Tema de un artículo de nuestro blog: https://saludsisima.wordpress.com/2015/04/05/ante-una-pregunta-primero-responden-los-ojos-antes-que-la-boca/
Además de todo esto, debemos estar atentos a nuestra presentación personal.
En el caso de las mujeres, llevar un maquillaje sencillo y suave. No llevar prendas muy ajustadas, ni uñas tan largas, ni pintadas con colores llamativos y dibujos estridentes. Zapatos limpios y en buenas condiciones. Al igual que la cartera en buenas condiciones.
Evitar las ropas con lentejuelas, blusas con tiritas delgas. Peinados extravagantes o cabello desordenado.
Tan poco ir en ropa deportiva, franelas coloridas o fragancias muy intensas. Es mejor estar sobrio y sencillo.
Si se trata de un puesto ejecutivo, se sugiere que los hombres vistan con traje azul marino preferiblemente y no de color marrón. El negro puede ser una segunda opción.
Las mujeres si vamos en falda, que esté un poco más arriba de la rodilla, con blusa blanca o de color pastel o un buen suéter manga larga. De no tener una buena falda a mano, un pantalón de vestir, que siempre tenemos guardado en el clóset, siempre nos dejará bien. Luego a triunfar en nuestro nuevo empleo.
Por Xiomara Borges
En toda comunicación el qué y el cómo decir el mensaje, así como manejar los códigos y la sintonía forma parte de ese comunicarse plenamente.
En mis clases siempre le digo a mis alumnos, estudiantes de periodismo, que el qué representa el mundo de las ideas. En un trabajo, por ejemplo un reportaje, es toda esa información producto de una investigación sobre un determinado tema.
Pero si el qué representa el mundo de las ideas, el cómo decirlo es sumamente importante.
Muchas veces en la vida cotidiana hemos escuchado: “No fue lo qué me dijo sino el cómo me lo dijo”. Es que el cómo decirlo representa el tono comunicativo. Un mismo mensaje con diferente entonación, con rabia por ejemplo, traerá consigo una respuesta igual de agria.
En cambio ese mismo mensaje dado en un “tono suavecito” seguro que traerá una respuesta menos airada y bajará los niveles de agresión.
Hablar el lenguaje del sitio dónde vayamos responde un poco al dicho popular que reza: “a dónde vayas haz los que veas”. Hablar el “mismo lenguaje” de nuestro interlocutor nos hace que «bailemos la misma danza» y entremos en sintonía comunicacional.
Debemos saber que no todas las persona son iguales frente a las sensaciones, ni reaccionan de la misma manera. Algunas son auditivas, otras olfativas o visuales y las hay cinestésicas.
Por eso cuando hablamos en público debemos hacerlo en voz alta para los auditivos, escribir o pasar láminas para los visuales y movernos en el escenario para que los cinestésicos no se duerman.
De esa manera, utilizando las tres modalidades llegaremos a nuestra audiencia. Eso es comunicarse plenamente.
Por Xiomara Borges
Ante un evento de estrés, hipertensión, gastritis … la primera indicación médica que nos da el doctor en su consultorio, antes de extender el récipe es: “mejore la calidad y el estilo de vida. Controle el estrés, además de mantener una dieta balanceada. Piense en positivo y practique ejercicios”.
Y es que al mejorar la calidad y estilo de vida, el paciente puede reprogramar sus códigos genéticos al silenciar los defectuosos y activar los más aptos. Esa es la base de la epigenética.
Esta nueva forma de ver la medicina, no solo trata al individuo enfermo con fármacos tradicionales, sino que va más allá. Indaga en el paciente cómo es su interacción con las circunstancias o el medio ambiente que lo rodea y cómo él las enfrenta.
Si éste es inadecuado, el individuo se carga de sentimientos y emociones conflictivas extremas como la rabia, la ansiedad, la desilusión, la tristeza.
Todas estas situaciones causan diversas enfermedades, tumores y afecciones severas en el organismo.
Fernando Vargas, internista gastroenterólogo venezolano, especialista en medicina epigenética, se dio cuenta de esta situación, tras 35 años de tratar pacientes con enfermedades gastrointestinales.
El identificó que el sentirnos mal, no solo responde a herencias genéticas, la cual nos hace propensos a sufrir determinadas enfermedades, sino que el mal manejo de nuestras emociones también enferma.
Si bien utiliza los métodos convencionales para curar a sus pacientes, en algunas circunstancias va más allá investigando qué cosas o situaciones familiares de trabajo o pareja, afectan al enfermo.
Este diagnóstico lo conduce, en algunas oportunidades, a utilizar otros métodos no tradicionales como la regresión, para indagar qué cosas hicimos o sufrimos en vidas pasadas y que repercuten en el aquí y ahora.
Dice Vargas: “nosotros trabajamos con un equipo multidisciplinario induciendo a nuestros pacientes, con diferentes métodos, para que descubran, en un estado de expansión de conciencia, a percibir su realidad vital que les permita darle relevancia a todos sus actos de vida, motivándolos a evolucionar como seres humanos en un estado de paz y alegría, con un buen estilo de vida que permita mantener en condiciones operativas al cuerpo a través de una buena alimentación, ejercicio e interrelación medioambiental adecuada en cualquier tipo de situación , favoreciendo en forma dinámica la expresión óptima de sus mejores códigos genéticos de sobrevivencia para que su evolución sea en estado de salud y no de enfermedad”.
“Para llegar a esta conclusión nos apoyamos en la observación de 35 años de trabajo atendiendo en la consulta ambulatoria y hospitalaria a más de 30 mil pacientes con 120 mil entrevistas de seguimiento, a quienes además de la evaluación habitual se analizó sus síntomas, calidad y estilo de vida con metodología estadística y con un software especialmente desarrollado para este fin”. ´
Agrega Vargas que sólo aquellos pacientes que tomaron conciencia de cómo enfrentaban los problemas de la vida pudieron salir airosos de su enfermedad, en este caso gástrica, que él les trató.
Por Xiomara Borges
Cuando conversamos quizás le prestamos atención a las palabras y al lenguaje gestual pero poco observamos los movimientos de los ojos. Los ojos hablan antes que lo haga nuestra boca pues nuestro cerebro es el que da la respuesta inmediata que se manifiesta en los movimientos oculares.
Esto pertenece al dominio de la neurofisiología. Frente a una pregunta y antes que emitamos la respuesta, los ojos han realizado movimientos que delatan a nuestro interlocutor. A través de estas pistas oculares podemos saber si una persona miente, va a decir la verdad o se mete en lo más íntimo de sus sentimientos.
La información sobre las pistas oculares viene de la Programación Neurolingüística (PNL). Ella nos describe que nadie prepara ni maneja las respuestas oculares.
Si interrogamos a alguien y éste mira hacia arriba, está trabajando con las imágenes.
Si mira hacia arriba y a la derecha, se están creando imágenes nuevas de algo que aún no ha vivido. Imaginamos. Por tanto su respuesta es falsa. Mentira.
Si mira hacia arriba y a la izquierda, el cerebro está recordando imágenes, por tanto la respuesta es verdad.
Si continuamos conversando y los ojos se mueven horizontalmente, se activa el campo auditivo. Es decir el cerebro está trabajando con los sonidos. Horizontal hacia la izquierda para recordar sonidos y en horizontal a la derecha para construir sonidos.
Por último, cuando miramos hacia abajo se activa los sentimientos y las emociones. Si miramos hacia abajo y a la izquierda hablamos con nosotros mismos. Es un diálogo interno.
Así pues que ahora, cuando conversemos y, en el caso de los periodistas cuando entrevistemos, según estas pistas oculares, ya sabremos si nuestra contraparte miente o dice la mera verdad.
Por Xiomara Borges
Muchas veces escuchamos que debemos realizar ejercicios físicos, por lo menos tres veces a la semana. Sin embargo, si esto es muy importante para nuestra salud, también es relevante para nuestra mente ejercitarla, cuántas veces podamos y en cualquier lugar que estemos.
De esa manera logramos tener el cerebro en permanente actividad. Además de sacarlo de su usual funcionamiento, es decir, activar las partes que se encuentran dormidas y estimular el otro lado del cerebro que no se usa.
Cómo realizamos esto. Veamos algunos ejercicios
-Sal de la rutina y de tu zona cómoda. Atrévete a ver el mundo diferente.
-Dibuja o haz garabatos, come, cepíllate los dientes, péinate o abre un cajón, maneja el mouse del computador, abre y cierra la llave del agua, bebe líquidos… con la mano izquierda, si eres derecho o con la zurda si eres diestro.
– Cambie la ubicación de las cosas: al saber donde está todo, la mente construye un mapa y se evita esfuerzos.
– Báñate con los ojos cerrados, por lo menos una vez a la semana. Sólo con el tacto, localiza el jabón, ajuste la temperatura del agua, abre o cierra las tapas del acondicionador del cabello… Esto con el fin de reconocer nuevas texturas y potencializar los sentidos.
-Estudia otro idioma.
– Haz crucigramas, rompecabezas, sudokus… juegos que inviten a pensar.
– Coloca titulares de periódicos frente a un espejo y léelos.
-– Atrévete y cambia de ruta para ir del trabajo a la casa.
– Haz ejercicios con los dedos de las manos: unir la yema del pulgar con los demás dedos y repetir varias veces. Esto ayuda a que los dos hemisferios cerebrales se conecten.
– Realiza movimientos cruzados: sentado en una silla, levante la rodilla derecha y tóquela con la mano izquierda, y viceversa. Se aconsejan series de 10 repeticiones.
– Camina de espalda en espacios abiertos como en un parque.
– Usa el reloj en la mano contraria a la que normalmente lo llevas.
– Estimula el paladar con cosas diferentes.
– Leer en voz alta.
– Ver las fotos al revés, de cabeza para abajo.
-Si recordaste a una persona pero se te escapa el nombre, por ejemplo, no lo dejes así, piensa y piensa hasta que des con el dato olvidado.